CONSTRUCCIÓN EN EL DESIERTO
Por las características climáticas y del terreno, lo habitual será necesitar, exclusivamente,
la protección contra el frío. Es difícil encontrar vegetación; de haberla, estará en vaguadas sombrías y profundas. Una buena solución nos la puede dar la construcción de un colchón y una manta de hierba. Esto puede ser completado con un pequeño parapeto que nos proteja la cabeza.
AMARRES
Al improvisar un refugio con palos y ramas necesitaremos amarrar los distintos
elementos mediante cuerdas. Si carecemos de ellas, podemos utilizar fibras vegetales para fabricarlas, como la paja del centeno en pequeños fardos humedecidos, tallos de lino, manojos de juncos, esparto o tiras de la corteza de la retama, del castaño o del sauce. No son tan flexibles ni resistentes como las cuerdas adquiridas en una tienda, pero cumplen su función.
Además de los nudos comentados en el capítulo 9, hay otros que con frecuencia utilizaremos para el amarre. Son los siguientes:
Amarre redondo: Utilizado para unir dos ramas o troncos paralelos.
Amarre cuadrado: Empleado para la unión de dos palos colocados en cruz de forma que uno sujeta el peso del otro.
Amarre para trípode: Nos resulta útil cuando disponemos de tres palos y los queremos unir para construir un trípode.
Un pequeño truco a la hora de atar una lona o plástico con cuerdas sin tener que rasgarla es mediante una pequeña piedra envuelta en la lona que estemos utilizando.
Si no disponemos de cuerdas para el amarre o queremos limitar su uso, podemos utilizar ramas y palos con horquillas sobre los que apoyar la construcción.
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