OTRAS INSTALACIONES ALMACÉN DE ALIMENTOS
Al igual que nosotros, hay otros animales que intentan sobrevivir. La tarea les resulta cómoda si nos cruzamos en su camino y les proporcionamos toda nuestra comida. Esta supervivencia es una competición de ingenio: Nosotros poniendo a buen recaudo nuestros víveres y los animales burlando nuestra despensa.
Llegados a este punto hay una pregunta obligada: ¿de quién queremos proteger nuestras viandas? Unos invitados frecuentes son los roedores, capaces de estropear mucha comida en muy poco tiempo. Todo lo prueban y lo llenan de excrementos. Tienen especial debilidad por frutos secos, galletas, pan, etc. Si no queremos que nos sorprendan, una solución será introducir toda la comida dentro de bolsas de plástico, bien cerradas, y éstas dentro de la mochila que también cerraremos. A los roedores no les cuesta gran esfuerzo el trepar por una pared hasta el estante de la comida o descolgarse por el alambre donde tenemos colgado el desayuno.
Animales más grandes como zorros, ciervos, jabalíes, lobos y osos no son frecuentes puesto que, en principio, huyen de la presencia humana. También es verdad que cuando el hambre aprieta son más valientes. Podemos salvaguardar nuestros ricos manjares colgándolos de algún árbol y a una altura por encima de 2 metros.
Respecto a los animales debemos tener presente que hay especies en algunas zonas en las que, al igual que el oso “Yoggui” en Yellowstone, son los dueños y señores y no tienen ningún reparo en aproximarse a los campamentos y robarte la comida en tus propias narices.
SERVICIOS: LETRINAS Y LAVABOS
Tanto desde el punto de vista de nuestra higiene como del respeto medioambiental, es conveniente la construcción y el poste - rior uso de unos servicios completos. Dicho de esta manera parece que vayamos a disponer de las comodidades del cuarto de baño de casa; a ello vamos a intentar aproximarlo.
Normalmente lo más urgente es la construcción de una letrina. Para ello buscaremos un lugar protegido del viento y, sobre todo, alejado de cursos de agua. Cavaremos una trinchera de unos 30 cm de ancho, 50 cm de profundidad y con una longitud apropiada al número de usuarios. Después de cada utilización nos esmeraremos en su limpieza, tapando los excrementos con la tierra obtenida al cavar el hoyo y, si disponemos, añadiremos encima algún desinfectante ecológico.
Si buscamos algo más de comodidad podemos construir una base sobre la que nos podamos sentar y un respaldo para apoyarnos, todo ello a la altura conveniente.
Al lavarnos o ducharnos no es imprescindible el uso de jabones. En caso de usarlos, emplearemos jabones ecológicos, que no dañen el medio ambiente. Para evitar problemas de contaminación del agua, siempre nos lavaremos fuera del curso de ésta, utilizando un barreño o palangana para coger el agua y arrojando después ésta lejos del río, fuente, etc. Así, mediante filtración, ésta se incorporará de nuevo al río limpia. Si no disponemos de recipiente,
emplearemos nuestra cantimplora echándonos agua poco a poco, siempre alejados del río. Si el agua está muy fría podemos dejarla calentar al sol en alguna garrafa.
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